Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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1724
Legislatura: 1902-1903 (Cortes de 1901 a 1903)
Sesión: 5 de noviembre de 1902
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 46, 1206
Tema: Respuesta de Sagasta al Sr. Nocedal y al Sr. Canalejas en temas relacionados con la política, la sociedad y la religión

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): No es, Sr. Canalejas, que yo no le quiera a S. S. como amigo político; es que no quiero amigos políticos que hagan lo que S. S. ha hecho esta tarde conmigo y con mi partido. De modo que, en todo caso, si dejamos de ser amigos políticos S. S. y yo, depende de S. S., no de mí. Yo he querido evitar eso, se ha podido evitar, pero S. S. no ha querido evitarlo; y se ha podido evitar sin detrimento ninguno para la dignidad de S. S., sin detrimento ninguno para sus convicciones, que en otro caso yo tampoco lo hubiera querido, pues no quiero nada que merme ni la dignidad ni las convicciones de S. S., y por lo mismo que le quiero como amigo particular, desearía tenerle como amigo político. Lo que hay es una cosa de que, sin duda, el Sr. Canalejas no se ha hecho bien cargo, y es que el partido liberal es hoy un partido liberal-democrático, pero nada más; no es un partido radical, y S. S. quiere hacer del partido liberal un partido radical; y sin sentirlo y sin conocerlo, nos quiere llevar a esos radicalismos que vienen a perturbar el país, bastante perturbado ya con otros radicalismos que están conmoviendo los cimientos de la sociedad en todos los pueblos de Europa y América.

No he contestado a S. S., y perdóneme esta falta de memoria, no he contestado a la pregunta de S. S. respecto a lo que el Gobierno haría si S. S. presentara como proposición de ley las bases de la ley de Asociaciones, y ahora voy a hacerlo. Desde el momento en que S. S. pretende presentar esas bases como desconfianza de que el Gobierno las presente, no las admitiría (Rumores), porque eso, realmente, es sancionar la desconfianza, a lo cual no tiene S. S. ningún derecho. Pero, además, se trata de una ley muy importante, sobre la cual no debe Gobierno alguno dejar la iniciativa a nadie, siquiera sea tan importante como el Sr. Canalejas (Muy bien); nadie más que el Gobierno puede conocer la oportunidad, la necesidad y el momento en que esa ley debe presentarse a la discusión de la Cámara. (Muy bien.-Aplausos.)



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